Hace ya bastantes años coincidí con una compañera de trabajo que me dijo algo que me hizo reflexionar: « Aunque seas perfecta y haga siempre todo lo mejor posible, basta que le caigas a alguien mal o que simplemente te quiera hacer daño, para que esa persona te pueda arruinar tu reputación. Sólo tiene que inventarse algo y hacerlo correr«.
Me puso como ejemplo algo que le había sucedido a ella. Rechazó a un pretendiente porque estaba enamorada y casada y despechado él hizo correr el bulo de que ella era infiel con todo aquel que se le cruzaba por el camino. El rumor corrió como la pólvora y en pocos días su reputación quedó destrozada.
Lo que debemos aprender de esta lección, es que juzgar a los demás por lo que dicen los rumores es atrevido, poco acertado, y tenemos un 99,99% de posibilidades de equivocarnos.
Los rumores en general los comienzan personas, despechadas, envidiosas con el fin de perjudicar a los demás.
Juzga cuando conozcas a la persona y no antes.
Evita ser un transmisor de rumores, porque francamente, tú qué sabes si es cierto?
Para aquellos que padecen rumores, tranquilos, el tiempo pone a cada uno en su sitio.
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